RISA
Y SONRISA
Es un hecho indiscutible que sólo los seres humanos ríen. Y
se ríe espontáneamente, o por provocación, circunstancia en la que existen
consumados artistas, ya en la creación de situaciones cómicas, ya en el relato
de hilarantes anécdotas y chistes.
Pero los oyentes no tienen todos una misma sensibilidad
para la risa. Lo que funciona para un público adulto, por ejemplo, no es
gracioso necesariamente para un público infantil.
Hay también gracias gruesas y gracias sutiles. Lo que es
desternillante para un público llano puede dejar indiferente a un público
sofisticado. Y viceversa.
La risa, por otra parte, está íntimamente ligada a la
sonrisa, transformándose la una en la otra con toda naturalidad.
Pero hay especialistas de la sonrisa, como los viñetistas
que en la prensa escrita nos divierten con su talento.
Sin recurrir
a la imagen, sino a la silenciosa palabra escrita, están los narradores que
apuntan, sugieren o desnudan, a veces con la más seria dicción, lances
ridículos del ser humano. No son tan abundantes estas risueñas piezas
literarias, pero cuando surgen, suelen engrosar el catálogo de los libros
perennes.