sábado, 23 de julio de 2016

INTERNET

Declaro que soy un usuario asiduo de Internet, tanto para buscar información como para resolver y gestionar asuntos de manera rápida, inmediata.
Considero Internet como un medio de comunicación sin limitaciones de distancia y tiempo. No importa dónde se esté, el contacto es inmediato, es presente, aquí y ahora: y simultáneamente, allí y ahora.
“Aquí” y “allí” se fusionan y comparten un mismo “ahora”.
Personalmente, siento que en la Red me sitúo fuera del espacio y el tiempo que siempre ha conformado la existencia del hombre, como navegando en otra galaxia.Y tal salto me produce una especie de vértigo, la verdad.

Ya es evidente que Internet ha venido para quedarse y poner todo patas arriba. Otros inventos anteriores cambiaron el rumbo del ser humano, ¿pero no fue siempre dentro de las coordenadas espacio-tiempo?

viernes, 8 de julio de 2016

MAX AUB

El laberinto mágico son seis novelas conjuntadas, de Max Aub. Tratan de la Guerra Civil y he visto estos días una selección de fragmentos suyos en el teatro Valle-Inclán de Madrid. Dos horas de espectáculo seguido que fue interesante desde el principio hasta el fin. Yo vibré con ecos de aquellos años, gritos de lucha, de justicia y de libertad que escuché en mis primeros años de infancia. En los textos de Max Aub están grabados aquellos acentos, unas veces heroicos, otras patéticos. Qué impotencia la de aquellos ciudadanos, aquellos izquierdistas, más pertrechados de coraje y pasión que de medios para triunfar. Se lanzan a combatir por los sueños de liberación e igualdad, pero progresivamente van comprendiendo que el enemigo es más poderoso, que la revolución está condenada a la derrota. Ingenuidad, bravura, resignación y hasta sarcasmo son matices que magistralmente van mostrando los actores. Y qué soberbios algunos de sus monólogos,  punteando una acción siempre trepidante, concentrada  en acontecimientos bélicos decisivos representados por unos cuantos personajes. Estremecedora la alegre, la  juvenil declaración de varios de ellos, anticipándonos la fecha y ocasión  en que habrían de caer. Toda una cascada arrolladora de recursos escénicos, tan elocuentes como diestramente urdidos por el director de la obra, Ernesto Caballero, mientras que la selección literaria de José Ramón Fernández logra un triunfo que incita a conocer más a Max Aub, un autor del exilio y la marginación, que aquí recibe un inestimable espaldarazo.