martes, 26 de junio de 2018

ANGELA MERKEL

Viendo hoy a Angela Merkel en la tele, se me ha venido a la mente Cristina Cifuentes. ¿Por qué? Por lo dispares en el vestir. Dos polos opuestos.
Doña Cristina, en sus buenos tiempos de presidenta de la Comunidad de Madrid, se presentaba cada día con por lo menos un modelito diferente (¿Cuánto gastaría en vestir? ¿Dónde guardaría tanta prenda?)
Angela Merkel, en cambio, aparece siempre siempre con el mismo atuendo: una discreta chaqueta ajustada, con tres o cuatro botones y bolsillos laterales o no. ¿Es por esta sencillez la cancillera menos elegante que la ex presidenta madrileña? Yo pienso que no, que es más elegante, precisamente por su sencillez.

lunes, 25 de junio de 2018

"FALSOS CATALANES"

En la inauguración de los Juegos Mediterráneos, a Torra lo han abucheado, y eso no es de recibo, más bien es perverso. ¡Torra, un apóstol de la supremacía catalana y del independentismo!. Qué mal lo habrá pasado el pobre. El incidente prueba, claro, que hay malos catalanes, falsos catalanes  que todavía se sienten españoles y se empeñan en hablar español.

jueves, 21 de junio de 2018

LAS OTRAS MUJERES

Paseante asiduo por la ciudad, he empezado a sospechar que las mujeres en general tienen aquí un doble.
También paseo, ocasionalmente, por el campo, pero aquí no, aquí la mujer es ella sola, sin copia.
La copia a la que me refiero es la que le hacen a la mujer los escaparates, automáticamente, inevitablemente.
A los hombres los calcan también los escaparates, pero es raro, muy raro, el varón que repare en este fenómeno duplicativo.
En cambio en la mujer ocurre al contrario: mientras camina por una acera, sola o en compañía, tiende a girar la cabeza para encontrarse en la luna de los escaparates al paso. No continuamente, pero sí en algún momento.  Y es así como, por arte reiterativo la mujer se reencuentra con ese segundo yo, que es ella en la calle, siempre con esmero ataviada. No como el espejo de casa, que recoge su imagen en cualquier momento del día. Y otra gran virtud tiene el cristal del escaparate. refleja la figura en movimiento y de perfil, y su mayor o menor garbo al andar. 


jueves, 7 de junio de 2018

MINISTROS/MINISTRAS

Qué gentiles, qué sonrientes y hasta afectuosos han estado los ministros salientes al entregar sus carteras a los entrantes. Toda una demostración de saber perder, de fair play.
"Consejo de ministras y ministros", le han llamado, por contar con once mujeres y seis hombres. Pienso que es coger el rábano por las hojas. Para mí decir "ministros y ministras" es como referirse a dos funciones diferentes. Los ministros tendrían un cometido y las ministras otro. Pero si de lo que estamos hablando es de funciones iguales para ellos y ellas, entonces .lo que me cuadra es "Consejo de ministros", sean hombres, sean mujeres: tan "ministros" ellas como ellos. 

sábado, 2 de junio de 2018

LA INGRATA CALLE



            Voy esta mañana bordeando la fachada de un gran hospital, mirando al frente y sin prisa, y tratando de esquivar la mirada de los que intentan venderte o comprometerte en algo. La maniobra de soslayo normalmente me da resultado. Otras veces no tengo éxito, aunque me suelo librar del requerimiento con un “no, gracias”, “tengo prisa”, o un simple ademán. En ocasiones paso ante estos “vendedores” sin suscitar el menor interés, pero sí en cambio a otros que caminan a mi lado, Se ve que en esos casos el producto va destinado a gente más joven. Eso me da rabia, sea cual sea el artículo. Hoy, en cambio parece que era el blanco perfecto. Una chica me ha calibrado desde lejos, ha requerido su tablilla y su boli, y me ha transmitido su mensaje, en el que decía más o menos: “Estamos haciendo una promoción gratuita…”. “No, no gracias”, la he interrumpido, sin llegar a enterarme siquiera de lo que publicitaba. Es decir, que me molesta que me aborden, pero cuando me ignoran, me desencanta. Ingrato trabajo el de estos jóvenes que se echan a la calle para ganar un euro a cambio de persuadir a la gente para que compre o se suscriba a algo. Es dura, imprevisible y frustrante la calle, donde puedes echar una mañana sin sacar para un bocadillo. Tenía olvidado que yo pasé por ello.