Tenía casi tres años, cuando un día, mirándome fíjamente a los pies, observó:
-Llevas calcetín.
-Sí, pero tú no llevas calcetín.
-No, yo tengo pie.
En otra ocasión , viéndome salir de casa con gafas de sol, me preguntó:
-¿Por qué te pones esas gafas?
-Para protegerme del sol. Son gafas de sol.
-No, son gafas de sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario