lunes, 7 de octubre de 2013

Hombre de compañía

Me he encontrado a un amigo paseando un lanudo perrito. Como sé que no es muy amigo de tener animales en casa, le he expresado mi extrañeza. Y resulta que el chucho no es suyo, sino de su hijo, que va a estar fuera cinco o seis día y lo ha dejado a su custodia. Pero mi amigo está desesperado: el cachorro es de un cariñoso tan excesivo que lo tiene pegado a sus piernas todo el tiempo. En casa no puede hacer nada porque lo sigue cuando se mueve;o se echa a sus pies cuando se sienta. Durante la noche no consiente dormir fuera de su habitación, y cuando tiene que dejarlo solo para salir a sus menesteres, arma unas zapatiestas espantosas. Todo viene de que el animal proviene de un asilo de perros abandonados, y el pobre tiene pánico de quedarse sin amo otra vez. 
-En resumen- queja-, que estoy haciendo de hombre de compañía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario