jueves, 13 de marzo de 2014

Diario de un ateneísta (28-1-2001)

SAGASTA Y EL LIBERALISMO ESPAÑOL

             Me ha sorprendido en esta exposición la dilatada vida política de Sagasta. Me he enterado también que fue ingeniero de caminos, teniendo mucho que ver con la construcción de carreteras y ferrocarriles de la época. Deduzco que hasta 1890 no hubo una red de ferrocarriles digna de tal nombre, y que hasta 1900 no llegó el tren a zonas extremas como Almería. Como siempre que se encara uno con el siglo XIX resalta la sucesión de guerras, revoluciones, exilios, ejecuciones y golpes de Estado. Se proyecta España en esta exposición como una zona “seísmos políticos” permanentes. Hay buenas pinturas; retratos de los prohombres de la época principalmente. Se ha procurado lavar la cara, creo yo, de los acontecimientos. Vemos una historia de avances en lo social y lo político. Bien, pero no trasluce mucho de la codicia y la injusticia de los caciques que eran el sostén de aquella alternancia de partidos, conservador/liberal. Se tapan las vergüenzas. Una vitrina, que yo haya visto, da cuenta como de pasada que Sagasta era masón. Creo que hoy día habría interesado mucho conocer esta afiliación de muchos de los grandes hombres de la época.

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