En la última entrevista Mariano Rajoy,
Albert Rivera, el segundo luce corbata, el primero no.
Raro, ¿verdad?
Parece como si Rajoy quisiera competir con
su interlocutor en lozanía de formas y hasta de ideas.
Pinta a broma, a ultra fino sentido del
humor galaico.
Muy pícaramente el pontevedrés intuyó que
el catalán se presentaría encorbatado, y acertó.
La zancadilla le salió bordada.
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