El concepto clásico de despacho entre cuatro paredes se tambalea. Yo ya he visto más de una vez a alguien, sentado en un banco público, hombre o mujer, concentradamente tecleando, o pulsando sobre un móvil, u ojeando papeles y tomando notas, que bien podría estar haciendo su jornada de trabajo. Esta mañana he visto algo parecido, pero a mi juicio más singular: un señor a horcajadas sobre una robusta moto
No hay comentarios:
Publicar un comentario