miércoles, 22 de mayo de 2013

El mundo al revés

Me he encontrado con un amigo paseando un lanudo perrito. Como sé que no le gusta tener animales de compañia, le he expresado mi extrañeza. Y resulta que el chucho no es suyo, sino de su hijo, que va a estar fuera cinco o seis día y lo ha dejado a su custodia. Pero mi amigo está desesperado: el cachorro es de un cariñoso tan excesivo que lo tiene pegado a sus piernas todo el tiempo. En casa no puede hacer nada porque lo sigue cuando se mueve; o se echa a sus pies cuando se sienta. Durante la noche no consiente dormir fuera de su habitación, y cuando tiene que dejarlo solo para salir a sus menesteres, arma unas zapatiestas espantosas. Todo viene de que el animal proviene de un asilo de perros abandonados, y el pobre tiene pánico de quedarse sin amo otra vez. En resumen, que mi amigo está haciendo de "hombre de compañía".

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