Ascensores

Son inquietantes estos ascensores de última generación. Se paran a veces en una planta, abren por su cuenta las puertas, y con tanta cortesía para los que salen o entran, que es mucho de elogiar.
A veces se paran sin que se les haya dado orden, y entonces abren y cierran sus puertas para que entren o salgan pasajeros fantasmales que sólo ellos ven.
Saben hablar y nos cantan el piso en que se paran, además de hacernos saber su dirección: "Ascensor subiendo", "Ascensor bajando".
Y son extremadamente discretos con las inconveniencias, falsedades y chismorreos que a menudo oyen. ¡Cuánto podrían contar!