jueves, 6 de marzo de 2014

Diario de un ateneísta (16/1/2001)

ANTONIO ESPINA.

En el museo Lázaro Galdiano, presentación de dos libros de este escritor, padre de Jaime Valentí, que es quien me ha enviado la invitación. Los títulos son Poesía Completa y Prosa Escogida, publicados por la Fundación Santander Central Hispano. Preside Luis Alberto de Cuenca, a quien se le ve muy a gusto con su papel de valedor y rescatador de un escritor del canon de la literatura española, hoy relegado. Cuenca habla con sencillez, pero yergue el busto como para un retrato. Creo que ha disfrutado interviniendo en un acto netamente literario.  Se sentaba a mi lado Paulino García Partida, quien conoció y ha leído a Antonio Espina. Yo ya tomé parte en un homenaje que se le hizo en el Ateneo cuando estaba en la Junta, pero creo que ha sido hoy cuando creo que me he percatado algo del tipo de literatura que escribía. Paulino me ha recomendado Luis Candelas. Lúcida la exposición de la profesora Gloria Rey, pero ¿por qué se empeñan algunos conferenciantes en leer lo que tienen escrito? ¿Por qué no lo dicen? Lo estropean todo. La actriz Esperanza Alonso nos dio unas magistrales lecciones de declamación, que no iban bien para el caso. Habría sido mucho más apropiado leer con claridad y sencillez tanto la poesía como la prosa. Pero hay gente que la sencillez la considera vulgar. Luego, el séquito habitual de Jaime y Amparo nos acomodamos en un bar a tomar unas croquetas, unos calamares y unos vinos. Paulino sabe mucho de Azaña y de la República, por su padre y por lecturas, y como yo estoy ahora en ello pude meter baza en igualdad. Paulino es también un fino lector de narrativa-¡un catedrático de veterinaria!

VACAS LOCAS.

Dramática foto de primera página de El País, en la que se ve un montón de vacas muertas y amontonadas al aire libre en Orense. Ourense escribe este diario, palabra que me parecería perfecta si El País estuviera escrito en gallego.

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