miércoles, 5 de marzo de 2014

A VUELTAS CON EL INGLÉS (7)

Hay que aprender inglés. Hay que aprenderlo bien, hablado y escrito. A tal efecto el inglés tiene una presencia fuerte en la escuela. Las autoridades educativas hace tiempo que introdujeron el inglés como asignatura obligatoria, habiéndose llegado a implantarla como vehicular en muchos centros. Sin embargo, el sonido del inglés sigue produciendo perplejidad, espanto o desconcierto en personas concretas -muchas de ellas destacadas-y en ámbitos y medios influyentes. Escuchar media docena de frases seguidas en inglés provoca con frecuencia un intolerante fastidio. Qué pequeños quedan los líderes políticos que en encuentros internacionales tienen que desenvolverse pegados a un intérprete. Poder ver una película en su lengua original, con subtítulos, es un espectáculo accesible sólo en contados locales. Y escuchar una lengua extranjera en el telediario, con subtítulos, es otra absoluta imposibilidad, otra vulgaridad que por lo visto embrutecería al español de bien . Nada más ha empezado Obama (pongamos por caso) a hablar en su inglés americano, cuando ya le están haciendo pronunciarse en perfecto castellano. ¡Pero qué bien habla Obama la lengua de Cervantes!  

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