viernes, 1 de marzo de 2019

A PRIMERA VISTA

-¿Tienen las personas un efluvio? ¿Despide cada uno un aire mudo, pero elocuente, de su carácter? ¿Puede la mera presencia transmitir un mensaje, un anuncio de la propia identidad?
Nada más verla, de una persona se nos ocurre que es arrogante, que es hosca o culta, humilde o antipática.  A aire de suficiencia, como sinónimo de  pedantería, alude Mª Moliner en su famoso diccionario.
El trato, evidentemente, proporciona la prueba más fiable, ¿pero la primera impresión no es a menudo la que prevalece?
Entonces, ¿cómo se escapa de cada uno de nosotros ese retrato insustancial? ¡Y en qué consiste? ¿Y cómo es percibido por los demás?
A algunas personas se les da mejor que a otras captar de primeras el carácter del otro; como si tuvieran más desarrollado un sentido especial. Conocer al prójimo a primera vista es un don, una especie de extra sentido.

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