miércoles, 7 de julio de 2021

METIÉNDOSE EN LOS LIBROS

 

            Si lo he entendido bien, un  escritor al que el otro día entrevistaban por la radio, decía que publicaba libros para niños, libros en los que se aplicaba en cautivar la fantasía infantil. Y por lo visto es un escritor de éxito últimamente.

            Para colocarse en el plano de la imaginación infantil, la verdad, se necesitan unas dotes sobresalientes, por lo que desde aquí felicito calurosamente a este narrador y, la verdad, lamento no haberme quedado con su nombre y apellidos.

            Últimamente este escritor, nos dijo, ha dado un paso más en sus producciones de fantasía, de manera que ahora están pobladas, no sólo por criaturas de su creatividad literaria, sino además por criaturas que son niños reales, niños lectores apasionados de sus historias.

       Tal convivencia me parece extraordinaria, rompedora y apasionante, pero me pregunto, no puedo dejar de preguntarme, cómo la terminará a la larga digeriendo, asimilando, la condición infantil.

            Ya sé que no es comparable, que son dos mundos bien dispares, pero hubo cierta vez en la Mancha un hidalgo, que de tanto leer novelas de caballerías, llegó a creerse y actuar como un caballero andante: la realidad y la fantasía eran para él el mismo territorio.

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