Ese rostro, esos ojos, me recuerdan a alguien. El también me mira interrogante, con impotente desmemoria, sentado en una terraza, una silla de ruedas al lado, rodeado de otras personas. Nuestro cruce de miradas ha durado segundos, y yo desaparezco de su campo visual. Quién era, quién era, me voy preguntando. Alguien, muy conocido, un gran amigo de hace muchos años, quizá. Nunca lo sabré. Seguramente él tampoco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario