miércoles, 19 de febrero de 2014

CURRO VARGAS

     El domingo pasado, vi en el teatro La Zarzuela, Madrid, Curro Vargas de Ruperto Chapí. Una escenografía moderna y una versión desenfadada, surrealista, de españoladas tan respetables como las procesiones. Una buena parte del público no debió quedar muy contento, porque el aplauso final fue más bien frío y tirando a corto. A mí me gustó. . Fue magistral la escenificación de las fiestas, el manejo dinámico del gentío, con derroche de color, de vida, de alegría. ¿Irreverente? Con las costumbres, creencias y rutinas rancias, seguro que sí. Con el arte, todo lo contrario, respetuoso a ultranza.

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