lunes, 22 de septiembre de 2014

NUEVAS LECTURAS

Las lecturas entretenidas y las instructivas son un magnífico medio para pasar el tiempo y para aprender.
Leer páginas ricas en conocimiento o en arte literario ensancha y enriquece la perspectiva vital, aportando fecunda cultura y, paralelamente, contribuyendo a formar la idiosincrasia del lector. Todos somos en mayor o menor parte obra de nuestras lecturas.
Durante muchos años podemos estar absorbiendo lecturas. metabolizándolas, por así decirlo. Pero llega un día en que el proceso de nuestra formación está cerrado, de tal modo que la nueva información no se queda, no se nos adhiere. Nos interesan, nos fascinan todavía ciertas obras de la imprenta, pero no son compatibles con nuestro ya consolidado modo de pensar y sentir.
En una fase posterior, cuando ya las facultades decaen, notamos que, aun leyendo con deleite nuevas publicaciones, al poco tiempo se desvanecen de nuestra memoria. Es cuando el viejo lector encuentra placer en releer, en revisitar aquellos libros que décadas antes le cautivaron.
No obstante, no todo son rosas en el ejercicio de la relectura: cuando menos lo esperamos sufrimos un gran desencanto: aquel libro maravilloso que tan viva huella nos dejó, resulta que ahora ya no nos seduce, ¡y hasta nos puede aburrir!
Afortunadamente, nos quedan los clásicos. Si antes alguno pudo parecernos plúmbeo o incomprensible, ahora nos están esperando para revelarnos emociones, enseñanzas y arte de una altura insuperada.   

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