miércoles, 26 de junio de 2013

Descontado


Yo en un primer momento no lo reconocí, era un extraño. Pero al poco vi que era él, inconfundiblemente él, como envuelta la cabeza en el velo de los años. Y entonces lo saludé; sin titubeo y con afecto. ¡Cuánto tiempo! ¿Vives cerca de aquí? ¿Frecuentas este café?
Pero en ningún momento vi en sus ojos la luz del recuerdo. Para él ya no cuento.

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