jueves, 26 de marzo de 2015

ABURRIMIENTO

-¿Ya se va usted?
-Sí. Es la una y media.
-Muy pronto. Yo hasta las tres y media no me siento a comer. Así acorto la tarde. Si no, la tarde se me hace eterna.
Sentir, palpar el paso del tiempo, el tictac del reloj, el aburrimiento y, peor aún, la melancolía.
-¿Y usted cómo lleva el aburrimiento?
-No me atormenta. Disfruto sintiendo pasar el tiempo.
-¡Vamos, que el aburrimiento es para usted divertido!
-Placentero, digamos.
-Ya, amigo, usted es un "bicho raro"...
-Pues no le digo que no ...

1 comentario:

  1. Está claro, don José —supongo que es usted el que se marcha a la una y media—, que tiene un alma sensible, de poeta; por eso disfruta sintiendo el paso del tiempo. Como aquel Fernando Pessoa, que añoraba la casa de su niñez, con el reloj del salón tictaqueando al fondo, midiendo, o creando, el tiempo.
    Y tictaquear todavía sin aparecer en el DRAE. Ni está, ¿ni se la espera?

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