sábado, 4 de enero de 2020

DIARIO DE UN ATENEÍSTA (2)


Sábado, 13-1-2001

PAZ Y PERDON.

            Por la tele he visto una manifestación convocada por los obispos de Navarra y Álava pidiendo el cese del terrorismo y pidiendo perdón por no haberse solidarizado más con las víctimas. Vi cómo la gente se daba la mano y se besaba después del acto. Escuché algunas palabras obispales. Mañana leeré con atención lo que diga el periódico, pero mi impresión es que no terminaban de cruzar el charco de la ambigüedad.

VALOR         
            es el que han demostrado un y una guardia urbana para detener a dos terroristas de ETA, también un hombre y una mujer, en la madrugada del jueves en el Paralelo de Barcelona. Pero lo pintan como que uno de los agentes se acercó cortésmente a la ventanilla del coche sospechoso a pedir los papeles y que acto seguido encañonó al conductor. Para mi que el agente no ha podido actuar con tanta temeridad. Más convincente me parece que se haya acercado con la pistola en la mano, cubierto además por el arma de su compañera.

IMPUESTOS.
            
        Ojeando El Mundo -del que no soy lector-mientras tomo café en el hotel  El Prado, junto al  Ateneo, me entero que el Gobierno proyecta darles más facultades recaudatorias a las autonomías, incluyendo el que puedan fijar cuantías. Esto parece que no les agrada por impopular. Les es más favorable que el Gobierno haga de malo y ellas limitarse a poner la mano.

TERREMOTO espantoso en El Salvador, de 7,6 grados Richter de magnitud. Hasta hora, cientos de cadáveres recuperados y pueblos destruidos.        

ANTONIO ESPINA.
           
         En el museo Lázaro Galdiano, presentación de dos libros de este escritor, padre de Jaime Valentí, que es quien me ha enviado la invitación. Los títulos son Poesía Completa y Prosa Escogida, publicados por la Fundación Santander Central Hispano. Preside Luis Alberto de Cuenca, a quien se le ve muy a gusto con su papel de valedor y rescatador de un escritor del canon de la literatura española, hoy relegado. Cuenca habla con sencillez, pero en “dómine”, y yergue el busto como para un retrato memorial. Creo que ha disfrutado interviniendo en un acto netamente literario. Se sentaba a mi lado Paulino García Partida, quien conoció y ha leído a Antonio Espina. Yo ya tomé parte en un homenaje que se le hizo en el Ateneo cuando estaba en la Junta, pero creo que ha sido hoy cuando creo que me he percatado algo del tipo de literatura que escribía. Paulino me ha recomendado Luis Candelas. Lúcida la exposición de la profesora Gloria Rey, pero ¿por qué se empeñan algunos conferenciantes en leer lo que tienen escrito? ¿Por qué no lo dicen? Lo estropean todo. La actriz Esperanza Alonso nos dio unas magistrales lecciones de declamación, que no iban bien para el caso. Habría sido mucho más apropiado leer con claridad y sencillez tanto la poesía como la prosa. Pero hay gente que la sencillez la considera vulgar. Luego, el séquito habitual de Jaime y Amparo nos acomodamos en un bar a tomar unas croquetas, unos calamares  y unos vinos. Paulino sabe mucho de Azaña y de la República, por su padre y por lecturas, y como yo estoy ahora en ello pude meter baza en igualdad. Paulino es también un fino lector de narrativa - ¡Un catedrático de veterinaria!

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