miércoles, 12 de septiembre de 2018

CARMEN MONTÓN

           Qué bien se ha explicado ante las cámaras la ex ministra de Sanidad, Carmen Montón. Primero, sosteniendo la absoluta legitimidad de su máster por la Universidad Rey Juan Carlos. Después, anunciando su dimisión.
       Con qué serenidad miraba a las cámaras, con qué propiedad argumentaba, intercalando significativas pausas y desgranando precisas palabras. Ella era inocente, no había cometido ninguna irregularidad, su máster era absolutamente fiable, y a los periodistas dejaba ver su trabajo de fin de curso. En ningún momento perdió la compostura, siempre usó la palabra justa, con el gesto comedido, la pausa oportuna, la mirada sufrida, cuando ya era sabido que su trabajo de fin de curso estaba en parte fusilado. Qué gran actriz se ha perdido la escena española. En ella puede que fuera apoteósico su triunfo y, lástima quizá, que se volcara a la política, aunque sería injusto no reconocerle señalados méritos, como la recuperación de la sanidad universal.

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