Sábado,
1-07-2000
Como siempre que viajamos con Concha Borreguero, el debate surge ya en el coche. De los asesinatos de mujeres a manos de sus maridos Concha piensa que la culpa proviene en gran parte de los jueces. Los jueces de este país, añade, son unos irresponsables y unos incapaces. Bueno, que Concha ponga en duda la valía de un estamento tan sacrosanto como el de la judicatura me parece asombroso. Hace unos años todo lo referido a la estructura de la Administración del país, es decir, a la maquinaria del Estado, le parecía perfecto.
En
Buitrago, difícil encontrar aparcamiento, las tiendas llenas, colas, y cola en
el cajero automático. Han empezado las vacaciones del verano.
Comemos
en el cenador; es un día ventoso y fresco. Uno de los nidos de golondrinas se
ve ya terminado; el otro no ha avanzado. Concha había sacado el tema de la
enseñanza de la historia, refiriéndose a un informe de la Academia de la
Historia, donde se señalaban aberraciones en algunas comunidades autónomas.
Bueno, se notó enseguida que iban a saltar chispas y nadie se esforzó por
reanudarlo. ¿Mi opinión? Que hace falta ponerse de acuerdo sobre el tronco
común de historia que hay que enseñar a todos los niños españoles.
Por
la tarde Robinsón me dice que “vemos" hablado Florindo y yo para hablar con el
alcalde sobre estas parcelas abandonadas que son un peligro de incendio". Le
expreso mi solidaridad con la gestión.
Los
cinco álamos suenan como la espuma que revuelve sobre la playa. Las ramas
cabecean y las hojas aletean. El sol se va debilitando y las matas empiezan a
echar hilos de sombra al borde de la carretera. Están amarillas las praderas.
A
la hora de la siesta han navegado nubes blancas en solitario, en forma de gato
una que luego se ha hecho perro. A la puesta del sol queda una sola nube de
tonos rosa y por encima de la montaña una claridad azulada.
En
El Arco, los de siempre, “el de la gorrilla” y sus amiguetes. ¡Qué tiestos de
vino se beben!
Hemos
caminado un rato por el camino de la dehesa y Concha ha descubierto un nido de
cigüeñas sobre la punta de un tronco de árbol. Había tres. Se oía correr agua y
se notaba humedad. Paseantes. A las doce estábamos tomando una cena ligera en
casa.
Martes, 4-07-2000
Recojo el sobre que contiene los análisis y no puedo dejar de sentir temor por lo que digan -unos papeles tan delgados y livianos. Pero todo ha resultado bien. Volveré no obstante en la segunda quincena de septiembre al Dr. Tamames para ver cómo me va con el famoso “urgenín”. El tebetane parece que ya no me hace efecto, y mi goteo es de una frecuencia molesta. Tarde de domingo imprimiendo el original de la antología. Y corrigiendo errores y rematando flecos, lo que me duró hasta ayer. Cuando tuve todas las hojas en un montón percibí que me había librado de un peso largamente soportado. Cuántas horas de mi vida he empleado en esta faena de traducción, si bien he de reconocer que los poemas que agrego en la segunda edición los he hecho con una soltura muy superior. El mero hecho de haberme lanzado a incluir poetas contemporáneos que no estaban en la primera edición, revela mi confianza en la empresa. Podría haber traducido con la misma facilidad -es la veteranía- más poemas, hasta lograr una colección amplia, necesaria para el profesor, pero estoy impaciente por quitarme de en medio esta ocupación. Ahora queda una antología representativa, sin pretensiones de esencialidad, que confío plazca al lector cultivado, a riesgo de que no sea lo más práctico. Ahora vamos a ver la cuestión editor.
A
la hora del café en el Ateneo, Antonio Rizo me ha hablado de las grandes
diferencias de fortuna que hay en Méjico (por fin ha sido derrotado el PRI tras
71 años de hegemonía). Subraya también que la clase culta mejicana, los
políticos sobre todo, hacen un análisis superficial de su historia, pasando por
encima de los hechos y los errores graves. Antonio conoce muy bien Méjico y
habla con vehemencia. Bueno, como siempre, todo lo escenifica, y en ocasiones
sustituye las palabras por la coletilla “pin, patapán, patapún”.
Está
muy “clareada” la biblioteca del Ateneo; ya no quedan más que unos pocos
estudiantes y algunos de los investigadores y lectores: Tony, Alba, J.L.
Suárez, el director de cine, el jubilado estudiante de griego, un servidor y
alguno más. Debo confesar que allí me encuentro, como cuando me afilié hace
cuarenta y tres años, en la gloria.
Miércoles, 5-07-2000
Hacía mucho tiempo que no vivía una tortura burocrática como la de esta mañana. Ha sido en el Registro de la Propiedad Intelectual, donde el funcionario de turno, en su tono menos cordial me ha rechazado la inscripción de mi Antología porque “Ud. no presenta los permisos de los herederos de los fallecidos hace menos de 80 años”. Era el típico funcionario -me creí que ya no existían- que se creen agredidos cuando alguien trata de razonar su desacuerdo. Yo lo que mantenía es que mientras no difunda mis traducciones no tengo por qué pedir ningún permiso. La jefa ha estado más conciliadora y servicial y al fin he quitado del ejemplar los poetas más modernos y he hecho las correcciones pertinentes en el índice. De allí me han mandado a la calle a pagar en un banco (1800 pesetas, me parece un abuso). Y en el banco me han pedido el carnet de identidad que han fotocopiado. “¡Cómo no trae Ud. etiqueta identificativa!” No me gusta nada todo este control -el impreso era para la Hacienda. Me trae a la memoria los usos fiscalizadores de la dictadura.
Jueves, 6-07-2000
No sé, desconozco la calidad de los libros que escribe el escritor don Alfonso Usía, pero sí que ha dado muestras de saber trepar. Esto fue ayer, en el programa “Protagonistas”, presentado por Luis del Olmo. En su intervención Usía empezó a condenar a alguien que había dicho “tener muchas ínsulas” y no “ínfulas”. Ya le había notado yo últimamente esta tendencia a dar lecciones de uso lingüístico a sus compatriotas. “Ya tenemos aquí otro mandarín del idioma”, pensé, pero Luis del Olmo fue más perspicaz y no se mordió la lengua para decir con sorna:
-Tú,
Alfonso, ¿aspiras a ser académico de la lengua?
A
lo que el académico Ansón, participante de la tertulia, se vio en la necesidad
de asegurar.
-A
Alfonso Usía le sobran merecimientos para ser académico.
-Pues
a ver qué hacéis por él -sugirió del Olmo.
-Todo
se andará, todo se andará…
Palabras
estas que pueden haber empezado la cuenta atrás para que don Alfonso sea
elegido académico. Así de sencillo y así de fácil… ¡No hay nada como tener
amiguetes! Ah, y esto es muy importante también, ponte a señalar lo mal que usa
la gente el idioma español.
Ana,
que fue robada anteayer en el Corte Inglés, ha tenido que andar de comisarías
para denunciar y solicitar nuevos documentos. Viene indignada de la lentitud y
burocracia de los organismos oficiales. Al final lo ha encargado todo a una
gestoría, cobren lo que cobren.
Hoy
he hecho la hazaña de meterme en Internet -¡ya era hora!- y con la ayuda de Ana
he pedido un libro por medio del buscador Amazon.com. Es fabuloso.
Día negro: 22 escolares y 5 adultos mueren al arrollar un camión a un autobús en Soria. Como dice el editorial de El País, la muerte de un joven es algo más que una muerte. El estado en que quedó el autobús es espantoso. Y lo que me desagrada es el interés minucioso y prolongado de los periodistas por describir las escenas de dolor, los pormenores del rescate de los cuerpos y el estado anímico de las familias.
Dice
Eduardo Valenzuela -ya lo sospechábamos- que a él no le interesa mucho el
presente. Le gusta más hablar y recrear el pasado confesándose por ello “raro”.
“¿Y conectarse a Internet? “No quiero complicarme la vida”.
Por
la calle una chica delante de mí hablando a su móvil: “Tengo mucha experiencia
de trabajo con gente, hablo con soltura el inglés y el italiano. ¿Y qué si sé
conducir? Conduzco desde los dieciocho años…” ¿Estaría respondiendo a las
preguntas de un posible empleador?
Fernando y Sandrine han estado con nosotros este fin de semana en Villavieja. Y el gato de Sandrine, tan bien domesticado está que no lo llegamos ni a ver.
Ayer
por la tarde llegaron Pepe Gimeno, Fátima y los niños Pelayo y Sofía. Esta, una
verdadera ardilla. “Me encantan las aceitunas”. “Me encanta la merluza frita”.
De todo lo que quería tomar se adelantaba con su “me encanta”. Pelayo es mucho
más tranquilo y reflexivo -tiene ocho años, la niña cuatro- y hace muchas
preguntas con “por qué”.
Cenamos
en la pérgola -la noche era fresca- y los niños ocuparon bastante la atención
de los adultos -quizá es que Ana y yo añoramos ahora la época en que nuestros
hijos eran pequeños.
Nos
dijo Fátima que ella y su hermana habían tenido institutrices francesas. Pero
estas eran pícaras. Durante la comida, con los padres delante, hablaban
francés, pero en su ausencia lo que hacían era practicar el español con las
niñas. Asegura Fátima que puede entender tan bien el francés como el español,
pero que no le sale hablar en aquel idioma.
Se
interesaron mucho -por la tarde, bajo la encina- por la pervivencia de la
figura del mayorazgo en Navarra, ilustrándoles Ana con la situación actual de
la familia de su madre en Aibar. Yo refresqué aquella instancia en Aibar un
verano en que nos acompañaron Fernando y Daniel, y el contacto que tuvimos con
miembros de las casas Arbeloa. Muestran interés Pepe y Fátima por experiencias
ajenas que hace que con ellos el trato sea fluido. No es corriente esta actitud
de apertura.
Dice
Pepe Gimeno que la desaparición de los mayorazgos en Castilla en el siglo XIX
supuso un avance social, aunque económicamente una región como Navarra esté por
encima.
La
encina, dice, es el árbol más noble y su presencia da al campo español una nota
característica. Debido a la encina, que no pierde la hoja, el paisaje español
es verde en invierno, pero no el europeo. Tengo mis dudas respecto a la segunda
parte.
Paseo
esta mañana hasta cerca de Gascones. He vuelto a casa cuando ya apretaba bien
el calor. La reguera, que todavía ayer llevaba agua, se ha secado. Están las
dehesas amarillas y vuela alguna cigüeña. El cielo está azul y las nubes pocas
y blancas, aparecen apartadas hacia el saliente. No han estado muy animados los
pajarillos estos días. Y la golondrina de nuestro porche lo debe estar pasando
muy mal. Mientras comíamos ayer se presentó, pero al vernos, volvió grupas, y
lo malo es que ya no nos metimos dentro hasta la medianoche. Mi alergia se ha
notado bastante menos este fin de semana. En cambio Fernando ha estado
estornudando, sorbiendo por la nariz todo el tiempo. A las cuatro y media me
ponía al volante para regresar; menos mal que llevamos buen aire acondicionado.
Ayer,
conforme íbamos en el coche hacia Villavieja, oímos por la radio que había
muerto Felipe Mellizo. Lo traté allá por el 59-60 cuando regresé de USA. Había
conocido a su padre, ingeniero de caminos, que formó parte de uno de los grupos
de técnicos para los que yo hice de intérprete. Desde entonces no nos volvimos
a ver.
Emilio de Castro, que es biólogo, se hace su propio análisis para saber si tiene azúcar.
Pepe
Lamadrid me ha traído toda la información sobre cómo comprar bonos del Tesoro.
Me va a acompañar a hacer la operación y todo.
Ha
llamado Daniel. Me cuenta que ha habido tensiones en su departamento. Se
originaban por una compañera que planteaba cierto conflicto. Se ha despedido a esta
mujer por fin y el ambiente es relajado.
Estuvieron
aquí ayer tarde Luis y Maribel, que parecen muy felices y sosegados. Luis nos
dice que está leyendo Mansfield Park de Jane Austen y nos dio, nos trazó un
esquema de las novelas de esta autora. Luego hablamos un rato de las
genialidades de los hermanos Marx.
Esta
tarde ha venido Mª Pilar; hemos salido con ella a dar un paseo.
Me
saluda alguien en Conde de Peñalver, un hombre con aire de clérigo, de sonrisa
bondadosa. Tardo unos segundos en reconocerlo.
-Soy
Antonio Torrens.
-Sí,
hombre, sí, pero ¿cómo te va?
Está
de intérprete en la Comisión Europea. Quiso en otro tiempo entrar en la
enseñanza universitaria, hacer el doctorado, etc.
-Me
diste buenos consejos.
Yo
le encarecí que buscara otros caminos y no le ha ido mal. Entonces se acababa
de separar. Me dice que se ha casado otra vez y tiene un niño de su nuevo
matrimonio.
-Al
principio no estaba seguro de que eras tú… Llevas el pelo más largo.
Sí,
y más quilos, y más canas. Lo que llevo peor es lo de los quilos, y mira que me
he esforzado por no cogerlos.
Se ve que quiero desacelerar el paso del tiempo. Subconscientemente me negaba a fechar con el 7 (Julio). Seguía poniendo 6. Acabo de darme cuenta.
Mañana
manda Tomás Andrés la carta en que recomienda a Luis Antonio de Villena mi
Antología Bilingüe. ¿La mandará por fin? ¿Me recibirá Villena? ¿Le gustará el
libro?
He
hablado con Jaime Valentí. Nos veremos el día 17 en la fiesta de la Residencia
de Estudiantes, acontecimiento social anual. Vergüenza: este año no he asistido
a ninguna de las conferencias. He tenido, sí, la tentación de pasar de “amigo”
a “protector” (más dinero), pero tengo prevención a hacerlo a ciegas. Tendría
que dar el salto previamente informado por algún amigo. Tengo el recelo de que
en la Residencia todo lo cuece un pequeño grupo .
Jueves, 13-07-2000
Colchones. Los iban a entregar ayer por la mañana. Así que nos fuimos a Villavieja a esperar el camión. Una hermosa mañana con las montañas azuladas y una luz naranja; pajarillos juguetones y mariposas cebándose en la lavanda de Ana. Yo, dándome paseos de descarga por el porche y escribiendo a ratos. En esto suena el móvil. “Que igual se les entrega el pedido el sábado”. Ana monta en cólera y cancela de inmediato el pedido: viaje en balde. A la tarde pasamos por el almacén Llavigares de La Cabrera y allí mercamos colchones, colchoneta y canguro, y posiblemente los entregarán este sábado. Así de sencillo.
Me
encuentro esta tarde a la vecina enfermera.
-¿No
se había ido Ud. del barrio?
-No,
todavía no. Ya he tasado el piso y lo venderé cuando tenga otra vivienda
localizada; quizá en Las Rozas donde vive mi hija; quizá en El Escorial. Siempre
he tenido la ilusión de vivir en El Escorial.
Vive
sola en su gran piso, y muy a gusto en su soledad.
-A
mis soledades voy y de mis soledades vengo -me dice citando al clásico.
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