viernes, 8 de diciembre de 2023

DIARIO DE UN ATENEÍSTA (6)

 Lunes, 14-02-2000

Miércoles, 16-02-2000

Ayer fue un día de encuentros. En la planta baja de la Biblioteca Nacional recibo un periodicazo en el hombro: es un afectuoso saludo de Amadeo Aláez que sorprende a los empleados del guardarropa (“a un señor tan serio…”). Saludo a Antonio del Mazo brevemente y no logro decir nada interesante -los dos tenemos prisa. En la cafetería veo a José Esteban. Está hablando con otro -o el otro con él. Aguzo el oído; se trata de averiguar si Perengano se había inscrito en cierta logia masónica. A mí lo que me importa es hablar un poco con Esteban, saber si quizá ha leído mi libro, pero luego me lo encuentro afanado sobre su pupitre. Esteban es el hombre que podría echarme un cable, pero está en tantas cosas y cosas productivas que lo veo inasequible. Voy por la tarde a la tertulia de los martes. Encuentro que no hay el ambiente pedante y polémico de antaño. Se habla de temas de actualidad: del túnel descubierto del Retiro; del maestro Farinelli; de sobrenombre “el capón”; de los coros de castrados que hubo hasta tiempos relativamente recientes; de que Fernando VI preparó el terreno para todo lo que hizo después Carlos III; y de la práctica de la circuncisión, detallada e ilustrada por Guillermo García con fotos. Yo luego me vengo con Virilo que me explica lápiz en mano cómo la famosa ley D’Hondt puede perjudicar a unos partidos y beneficiar a otros. 

Ayer hablé del conflicto del Ejido con Margarita Fernández y Virilo, de la tertulia de los martes. Yo veo que los magrebíes de los invernaderos soportan unas condiciones de trabajo muy duras y que sus ganancias son temporales en el mejor de los casos. Muchos deben vivir en pésimas condiciones de habitabilidad. Pero también me parece -lo veo por otros países- que los colectivos musulmanes no se amoldan ni se adaptan fácilmente a otras culturas y costumbres. Lo que yo percibo es que no ceden nada en sus actos cívicos.

No he estado muy en forma esta mañana. Me flojeaban las piernas. Después de un segundo desayuno he empezado a sentirme mejor.

Por la tarde y por la noche he llamado a varios compañeros y amigos invitándoles a la presentación de mi libro el 29. Todos me han prometido que irán. Me quedan bastantes por llamar. Por la tarde he tenido varias veces la fallida sensación de que iba a llegar Fernando. No, está en Villavieja, muy contento -me llamó- esperando a Sandrine y su madre. Ana llegará mañana de León.

Jueves, 17-02-2000

Lorenzo Peinado me sirve los libros Diccionario de la Guerra Civil Española y Memoria de la melancolía, de Mª Teresa León.

-Bueno, Ud. que es tan pacífico y tan moderado, ¿cómo lee estos libros tan tremendos?

-Se lo contestaré.

-No, no, si no hace falta.

-Sí, mire. Es porque quiero comprender.

-Pero no se fíe Ud., ninguno de estos dice la verdad.

Peinado, que sirve tantos libros, se ve que desconfía de todos ellos.

Esta noche están aquí Fernando y Sandrine. Su madre y una amiga se hospedan en su apartamento. Otro día de febrero ventoso. Viento frío.

Viernes, 18-02-2000

A Paco Morón, que vivía interno en una residencia estudiantil, le animaron a hacerse de Acción Católica (“Es lo que se llevaba”). Y se hizo. Luego el Director le dijo:

-Unos hombres son vagón y otros son máquina; tú eres máquina que tira de los vagones.

Y sobre esa base lo mandó al barrio de Vallecas a ayudar a los desvalidos. Allí, por el párroco, supo que de la tan cacareada “ayuda para el suburbio” no llegaba ni un céntimo; así que llamó a su inmediato superior y le comunicó:

-Podéis borrarme de Acción Católica.

Estamos en la tertulia del café, y ahora es el turno de Eduardo Valenzuela para describirnos aquel cura presumido de su colegio que en su habitación tenía un anaquel lleno de frascos de perfume. Eran los hambrosos años cuarenta, pero el cura comía a cuerpo de rey y a la vista de los pobres alumnos que estaban subalimentados. Lo más afrentoso ocurría cuando en medio de la clase entraba una sirvienta con un gran bocadillo para el cura profesor. Se ha despotricado mucho contra la Iglesia hoy. Hay en todos nosotros crueles recuerdos de infancia. Supongo que el panameño Luis Pulido ha encontrado toda esta mordaz evocación muy interesante. .

Ya tengo comprometido un puñado de colegios de la enseñanza para asistir a la presentación de mi libro. Estoy usando el teléfono y las tarjetas de invitación. 

Sábado, 19-02-2000  

 Nuestra buena amiga la profesora Adelina Wehrle lleva un puñado de años jubilada y sin problema de cómo usar su tiempo. Lo usa haciendo un curso de humanidades y aprendiendo alemán. Es decir, ha vuelto a su época de estudiante, y ahora estudia las materias que le apetecen.

 Anoche, tarde, me llamó Rafael Flórez para decirme que había muerto Juan Cruz, de la Tertulia de Bellas Artes. Yo lo conocía del Ateneo, donde en otra época protagonizaba acaloradas disputas. Su enfermedad -cáncer- la llevaba con admirable entereza.

Lunes, 21-02-2000

Opina Rafael Flórez que uno nota que se hace mayor en el respeto que le dispensan los más jóvenes. Hoy en la Hemeroteca Municipal la bibliotecaria se ha puesto a su disposición y le ha hecho pasar al despacho del Director, con el que ha tenido una amistosa y amena charla. Yo también he notado este acatamiento de la gente a las canas. Hoy hay más gente que de costumbre en la Tertulia de Bellas Artes; se ve que la muerte de Juan Cruz ha influido; parece que la mayoría estuvieron en el velatorio. Se pasan unas fotos en que aparecen Juan Cruz y algunos de los presentes, más jóvenes. Pertenecen o pertenecían a una llamada Academia de San Antón en que el crítico de arte Manuel Campoy era la persona más destacada, creo.

Se aproximan las elecciones generales y los partidos se lanzan dardos cada vez más puntiagudos. Al PSOE le ha caído el regalo de la dimisión del ministro Pimentel, cuya mano derecha, Juan Aycart adjudicaba cuantiosas sumas de ayuda a una empresa pedagógica de su mujer. La dimisión ha sido ejemplar por la rapidez y sinceridad con que Pimentel ha admitido su responsabilidad política.  

Martes, 22-02-2000

ETA ha matado hoy al líder socialista Fernando Buesa y a su escolta el policía Jorge Díez. El domingo pasado el PNV e IU de Euskadi no participaron en la manifestación por la paz, “Basta ya”. ¿No era esta abstención dar alas para un atentado como éste? Parece que el lendakari lo ha condenado oficialmente y que ha roto el pacto con Euskal Herritarrok -un poco tarde. Pimentel sigue causando escándalo en bastantes políticos y comentaristas. Que un ministro dimita con premura reconociendo su responsabilidad en un asunto irregular no estaba en las costumbres aceptadas. Además Pimentel no ha acudido a la toma de posesión de su sucesor. Esto parece un portazo.

En Peñalver pasa por mi lado Maricarmen, la mujer de Paco Reina. Creo que me ha visto. Me pregunto por qué no me ha saludado y pensando en cómo la he visto, comprendo que a veces se rehúya el encuentro con los que sólo vemos de tarde en tarde. Los años, la enfermedad, pueden dejarnos huellas de las que no estamos contentos y preferimos no mostrar. Mejor que nos recuerden como cuando estábamos bien, cuando teníamos salud y vitalidad.

He recibido un ejemplar del último número del boletín de la Hermandad de la Virgen del Mar que inserta unas líneas sobre mi Paseo del Príncipe, que conocen directamente. Podría enviarles un ejemplar -me lo sugieren- pero son gente tan pía que me temo que puede escandalizarles mi libro.

 Miércoles, 23-02-2000

Por el doble asesinato de ayer, el PNV ha roto su pacto de legislatura con Euskal Herritarrok, brazo político de ETA. Y yo me pregunto, ¿por qué fuerza ETA al PNV a romper vínculos? ¿No será que quiere forzarlo a volver al redil de los partidos democráticos y parecer como el recipiente natural del electorado nacionalista radical? ¿No será que la explicación de todo este siniestro embrollo está en esa disputa de votos, de esos votos? El día ha sido de manifestaciones contra ETA en todo el país, y hasta el Rey, de visita en la Casa Blanca se ha pronunciado en favor de la paz y en contra de este último atentado.

Pío Moa protesta en un escrito que su reciente libro parece desaparecido de la biblioteca del Ateneo y que por otra parte la Junta no termina de darle una fecha para presentarlo. Me pasa el escrito a través de Suárez y lo firmo. Luego Meneu me presenta otro escrito en que pide una junta extraordinaria para plantear un voto de censura por la caída drástica del número de socios. Quiere que mi firma sea la primera. Me niego lo más amablemente que puedo. A Meneu no se le sirven libros en la biblioteca. Lo han pillado subrayando un libro.

-No es subrayado -me dice que le ha dicho a la bibliotecaria-. Es interlineado.

Es una frase en que apostilla que su padre detentó una cátedra de hebreo antes que la aludida en el libro.

-Es una corrección -le digo, pero no acusa la ironía, y me explicita en su terminología legal,  que ha presentado “Recurso de Ayuda”. Luego puede venir el contencioso, luego el Tribunal Supremo…


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