martes, 19 de diciembre de 2023

DIARIO DE UN ATENEÍSTA (9)

 Martes, 11-04-2000

En la tertulia de los martes los que estuvieron en el entierro de Lavaur informan y dan pormenores a los demás. Manuel Alonso habla del mucho dinero que ha dejado aquél y que era agarrado. Manuel sabe cómo tiene lugar la entrega de las cenizas a la familia y detalles así. Amadeo está muy interesado en saber si Lavaur ha muerto en la fe católica. Hubo desde luego un pequeño oficio en la capilla del cementerio. Guillermo García recuerda que en los últimos tiempos iba a la capilla de la residencia a oír misa. Él se confesaba agnóstico desde luego. Yo siempre lo veía un hombre de profunda religiosidad. Y Guillermo también.

Llamé esta mañana a Pepe Esteban. Creo que tardó unos instantes en situarme. Ya no estaba tan comunicativo como el otro día cuando sugirió que comiéramos juntos. Ha estado escueto y un poco premioso.  A lo mejor no se trata más que de congénita sequedad castellana -es de Sigüenza.

En la biblioteca Nacional he estado tratando de imponerme un poco sobre las prosas de Juan Ramón Jiménez. No he hecho más que asomarme al tema. Pasado mañana mi charla sobre los años cincuenta, en el Ateneo. Estoy deseando que pase el día. Últimamente vengo sospechando que mi peripecia -así lo enfoco- no va a tener mucho interés para el auditorio. Hoy he repartido invitaciones. Creo que vamos a estar en familia. Mejor.

 Viernes, 14-04-2000

 Ayer, mientras iba en el metro camino de dar mi conferencia iba rumiando el temor de que mis andanzas en tiempo de mili iban a resultar poco interesantes. Pues bien, me equivoqué. Lo primero porque me escucharon con sostenido interés, y segundo por los espontáneos comentarios que se me hicieron, y por sonrisas inequívocas que vi en la gente, amigos y desconocidos -vi casi llena la sala. Amadeo Aláez, como siempre, me agregó algo -muy gracioso por cierto- después de terminado el acto. Guillermo García no me comentó nada. Eduardo Valenzuela, Pepe de la Madrid, Daniel Naranjo, Virilo y otros estaban encantados. Hoy he pedido comentarios más directos, casi todos coinciden en el acuerdo de resaltar el elemento autobiográfico en el relato histórico de los años 50-52. Es lo que yo quería ensayar. Y ha funcionado. Daniel es el único que habría preferido más historia que aventura personal. Rufino, el amigo de Virilo, me dijo que me retraté, mostrando rasgos de bondad, curiosidad y humor. Así que estoy verdaderamente contento. Antonio Rizo me dijo: -Ahora tienes que dar la segunda parte-. Sí que me gustaría, pero ¿dónde? Hoy hemos tenido la reunión de los viernes, y he comido con Pepe de la Madrid y Eduardo. Después, a la hora del café, hemos hecho balance de la situación de la tertulia. Hemos estado de acuerdo en que nos han dado un palo contundente con el veto al libro de Paco Morón. Supone desestimarnos. Ahora nos queda insistir en que nos expliquen cara a cara las razones. Por mi parte yo he señalado que la tertulia podría organizar charlas y otras actividades que no son precisamente presentación de libros. No se puede decir que en esta faceta nos hayamos movido mucho. Mañana iremos Ana y yo a Villavieja -hay que llevar el cortacésped y echar un vistazo, y el domingo salimos para Almería; se ha echado el viaje encima. Para el martes dicen que entrará el buen tiempo; hoy está lluvioso. Sobre los árboles de la Plaza de la Independencia repicaba la lluvia esta mañana -¡cómo se han llenado de hojas!- mientras un violinista melodiaba una pieza melancólica en el paso subterráneo.

Lunes, 17- 04- 2000  (Almería)

 He tenido que mirar a la cabecera del periódico para saber qué fecha era. Desde que llegamos aquí ayer por la tarde me he dejado llevar por un reloj más lento. Estoy además abúlico y perezoso. Lo que me apetece es no hacer nada, aunque el no hacer mi trabajo de escritura diario me inquieta. Ansiosos de sol, hemos pasado la mañana en el Paseo Marítimo sentados frente al mar, verdoso y con olas fuertes que chocaban contra la playa para caer en cascada. Desde Cabo de Gata las arrugas del mar traían reflejos del sol. Hemos comido con Loli en casa de Juan y Loli; luego ha llegado ésta. Los niños Juan y Carlos han estirado y parecen dos toritos sanos y duros. Loli, con algún régimen, ha adelgazado bastante. Nos ha echado un rapapolvo por habernos ido a un hotel, pero luego se ha ido calmando. El viento ha arreciado desde el Poniente y este lado oriental de la bahía estaba gris y en movimiento. Esta plenitud de luz, esta fuerza del viento y este vigor del mar me admiran. Y siento que el tiempo se distiende y que cada minuto se multiplica por diez, por veinte.

Tuvimos un viaje pasado por agua casi todo el tiempo ayer domingo. El campo está por todas partes de un verde rabioso y los árboles en plenitud. Se empiezan a ver las primeras flores amarillas. Cuando pase esta borrasca va a ser una fiesta de color.

Estuvimos el sábado en Villavieja. Me di un paseo y pude notar que los pájaros han salido de sus escondrijos. Pequeñas urracas saltaban de unos arbustos a otros. Bandadas de cuervos evolucionaban graznando. Una cigüeña planeaba sin esfuerzo. Se oía correr el río. Y en la sierra, mucha más nieve que la semana anterior. Hicimos el regreso a casa con el limpiaparabrisas funcionando todo el tiempo. Vinieron Luis y Maribel y nos entregaron la invitación para su boda. Se nos unió Mª Vic y echamos un rato en “La cervecería”.

Martes, 18-04-2000  (Almería)

 Esta mañana en la playa de Aguadulce el mar rompía lánguido, con senderos blancos y grises. Por el camino de Roquetas, paseantes mayores y jóvenes y algún ciclista. Estaban podando palmeras, de las que hay muchas a lo largo de este camino. Son unas palmeras con una mitad de ramas tiesas y empinadas y la otra mitad es una melena que cae desmayadamente. Pegaba ya el sol a la vuelta; relucía el mar y la playa se llenaba de gente. Enfrente Almería se veía borrosamente. Se veía trabajar a jardineros, estaban abiertas las cafeterías y funcionaban los aspersores sobre los céspedes. Todo se está poniendo en movimiento para recibir la oleada de turistas de estos días. Ha comenzado la temporada vacacional. A Juan lo he encontrado bien. Cristina, la niña de Celia, hecha ya una mujer, desconocida. Y la pequeña Celia nos ha regalado otra hoja de dibujos coloreados. Nos han invitado a comer; hemos comido con Mª Luisa y Juan. Los niños comieron primero y Celia se fue a trabajar. Ana se ha ido después con Mª Luisa y Loli de compras a su adorada Níjar. En el coche, Mª Luisa venía comentando que su nieta Cristina “es Siles”; es decir, es reservada. Ejemplares típicos de esta manera de ser seríamos Juan y yo. A lo mejor es que los Siles procedemos de Silesia, como leí yo en no sé qué reseña genealógica. Quizá es que por nuestras venas corra una sangre no enteramente mediterránea (M, 18-4).

Miércoles, 19-04-2000

Teníamos recuerdos de la zona de Roquetas (hace catorce o quince años) que nos han fallado bastante. Para empezar no hemos dado con la entrada al faro del Sabinal y hemos atravesado quilómetros y quilómetros de campos cubiertos de invernaderos. Tanto plástico formando extensas cajas, con calles entre medias, sin un árbol, sin una planta, sin una casa, se me ha hecho agobiante. Hay que parar por estos campos para percatarse realmente del tamaño formidable de la agricultura de verduras tempranas. De vez en cuando veíamos algún obrero con traza de marroquí o negro. Hemos desembocado en Almerimar, que apenas hemos reconocido. Aquí recordábamos un gran puerto deportivo, casi vacío, y unas cuantas construcciones. Hoy es una enorme urbanización con dársenas llenas de yates más o menos grandes, a cuyo borde casi se levantan edificios de apartamentos. Hemos comido otra vez en casa de los sobrinos Juan y Loli. Estaban hoy los dos y Loli madre. Un rato en el paseo marítimo, sentados frente al mar, movido y brillante, nos ha tostado el cutis. Me gusta esta amplia vista de la bahía que se domina desde Costacabana. Este es un rincón donde pronto uno se emborracha de luz y de color marino y ya no tiene ganas de hacer nada, más que contemplar el cambiante espectáculo. Ah, en la urbanización de Roquetas también dimos un paseo por el Paseo Marítimo. Han ensanchado la franja de césped, han construido sólidos chiringuitos y hay algún edificio más, aparte de que ha sido prolongado hacia Roquetas pueblo (X, 19-4).

 Los Fuentes eran los caciques de Carboneras. Lo acaparaban todo. Se hicieron registrar como suyos montes comunales. Comerciaban con el esparto. En los años treinta mis padres le daban a Juan un real de propina los domingos. Quince céntimos se los gastaba en la entrada para el cine; cinco en pasas y cinco en almendras que le llenaban los bolsillos y se iba comiendo mientras veía la película. Me ha dicho que se cansa de subir la pendiente de La Rambla. Prefiere pasear en dirección a la carretera de Ronda que es todo llano. Me ha regalado un pesado Atlas; su energía no le permite manejarlo .

 

Sábado, 22-04-2000  (Almería-Madrid)

A José Luis Muñoz Colomer no le agradó un puesto que le ofrecían en Barcelona. No le atraen las ciudades grandes, y por eso se quedó en Almería. Nos encontramos por la calle con un amigo suyo, que se queja:

-La procesión debía estar ya por aquí hace una hora. ¿Qué puede haber pasado?

J.L: -No tengo ni la menor idea, Paco.

P: -Yo ya no vuelvo para atrás. Échale un galgo a ver dónde está ahora.

-Sí, busca un galgo y échaselo.

-Voy a ver si hay por ahí un galgo.

-Adiós, Paco, que me alegro haberte visto.

Conversación típicamente almeriense. J.L. está perfectamente adaptado para mantener conversación con cualquiera. Yo no podría. Ya me ha dicho antes él que se me nota que no tengo mano izquierda para tratar a la gente de aquí. No sé ver tampoco las pillerías y marrullerías que son el pan de cada día. A José Luis le encanta preparar de vez en cuando un artículo sobre historia almeriense, pero no le preocupa publicar un libro. A menos que se lo pidiera una editorial. A José Luis le mataron un tío, hermano de su madre, los “rojos”. Se ha curado de rencor, pero pide a estos que también perdonen por las muertes que les infligieron los “nacionales”.

María Cassinello, la periodista, que tan cordialísima había estado por teléfono. La llamo por teléfono una y otra vez, y me responde el contestador. Después de varios dimes y diretes, otra vez el contestador y esto ya colma el vaso. Decido renunciar a vernos y conocernos. Saco la conclusión de que por sistema esta mujer interpone el contestador. Pero esta mañana llama:

-Estoy a tu disposición.

-Mira es que estamos sacando las maletas para meterlas en el coche.

-Podríamos tomar un café.

-Lo dejamos para otra ocasión.

-Cuando vaya a Madrid te llamo.

-Me parece perfecto.

-Es que son unos días muy malos.

-Es verdad.

Y se lo he dicho en serio. En estos días de fiesta y de familia los visitantes son un incordio.

En el hall del hotel nos hemos despedido de Capuleto, su dueño hasta ahora, pues parece ser que en adelante el Indálico será administrado por uno de sus hijos al que le habría cedido la propiedad. Ha estado muy amable con nosotros, y nos ha hecho una rebaja considerable. No sé si se acordará de cuando nos encontramos en Madrid estando yo haciendo la mili (1950-1952), pero nuestros recientes encuentros en la tertulia del café Gijón, seguro que le han hecho reconocer en mí un amiguete de antaño. Capuleto está contento de haberse librado del hotel; ahora quiere dedicarse sólo a pintor. Nos habla de sus dos hijos. Uno es arquitecto y el otro, el gerente del hotel, es campeón del mundo de pesca con caña desde la playa. Al poco salíamos de Almería con un día espléndido que nos ha durado hasta pasado Bailén. Después, lluvia. Buen viaje, aunque por minutos no nos ha cogido en medio de un choque múltiple .

 Domingo, 23-04-2000

En un álbum que ha ido compilando Ana está el desarrollo de esta familia Siles: nuestras primeras fotos juntos, el nacimiento de cada hijo, vacaciones, acontecimientos, lugares visitados, etc. Sirve para refrescar los recuerdos y aparecen sitios y personas que estás más o menos fijados en la memoria. Hoy he tenido un domingo típico. He paseado por Conde Peñalver y he ido a ver una exposición con Ana –“La pintura modernista catalana”- en la Fundación del Banco Hispánico, c/ Serrano. Han venido a comer Maribel y Luis y hemos charlado de un tema tan actual como el del rescate del niño Elián González de la familia que lo retenía en Miami. La foto en que un policía americano está apuntando con un fusil ametrallador -quizá no apuntando propiamente- es brutal.  Yo creo de todas formas que estos cubanos de Miami se han aprovechado del niño para hacer campaña anticastrista. Por la tarde he estado con Ramiro y con Pepe Boñar. Les he llevado un par de versos traducidos del soneto LXXI (¿) a ver si eran capaces de cuadrarme las sílabas. Les ha encantado el acicate y, Ramiro sobre todo, me ha dicho que se va a poner a meditar sobre ello.

 Lunes, 24-04-2000

Ayer, día del Aberri Eguna, Arzalluz dio otra vuelta de tuerca nacionalista al afirmar que sin la “tremenda inmigración que vivió Euskadi… los nacionalistas hubiéramos podido hacer un referéndum y ganarlo tranquilamente”. Hoy se oyen críticas de distintos medios por este desprecio de la aportación inmigratoria. En el Ateneo, Alberto Lleonard nos habla de su último libro de historia sobre los años 50. El CSIC le paga por investigar y publicar. Emilio nos habla de su experiencia de mili. Hizo cinco duros meses y al final lo mandaron a casa por tener los pies planos. Se incorporó ya mayor al ejército; había consumido un montón de prórrogas por estudios. Se le fueron muchos años tratando de ingresar en la Escuela de Ingenieros de Caminos. Pero se le daban fatal las matemáticas. Alberto nos da algunos de sus consejos: hay que comer poco y hay que pasear una hora al día por lo menos. Peinado ha estado en Burgos, donde ha ido a visitar la tumba de su madre. En casa, Rachel y Ana se han dado un buen lote de trabajo. Yo estoy ya rematando la redacción de los sonetos de Shakespeare que añado a la Antología Bilingüe. Estos los vierto en catorce sílabas con acento en la sexta. ¡Qué suelto me encuentro ahora traduciendo! Ahora es cuando me veo capaz de “recrear”, no meramente traducir.

 Martes, 25-04-2000

En este día del Debate sobre el Estado de la Nación, ETA no podía dejar de hacerse notar. Un periodista de La Razón ha recibido un paquete bomba que afortunadamente ha sido detectado. He visto muy dueño de sí a Aznar, aunque el portavoz socialista ha hecho un discurso bastante contundente y claro. La tensión ha subido en el enfrentamiento entre Aznar y Anasagasti. Este ha asegurado que el PNV es un partido decente, demócrata y enemigo de la violencia, pero Aznar ha sabido quitarle la máscara santurrona señalando que tiene un pie en la constitución y otro en el terreno del nacionalismo irredento. Le ha hecho una serie de preguntas que han puesto de manifiesto la cínica ambigüedad y arrogancia del PNV. Nunca en esta cámara el Presidente del Gobierno había hablado con tanta franqueza a los nacionalistas. Los dos representantes del PNV ofrecían una imagen patética en su banquillo.

 Miércoles, 26-04-2000

Se me ha ocurrido hoy que una cosa poco inteligente es pensar que los demás son menos inteligentes. A menudo esto queda patente, incluso en personas muy destacadas, que al final se dan el gran batacazo por haberse creído más inteligentes que nadie. He estado esta tarde-noche en la Tertulia de Bellas Artes, de la que es figura principal Rafael Flórez. No asistía desde la víspera de las Elecciones Generales. Mucho tiempo, y Rafael me ha dicho, “ven más a menudo”. Me ha alegrado ver por allí a Rafael Hernández, que se ha lamentado de que no le avisara de mi charla, “Un marinero en el Manzanares”. Podría haber repartido invitaciones aquí para la presentación de mi libro, pero no me gusta forzar a personas con quienes no tengo suficiente confianza. Me ha preguntado Flórez que dónde he pasado las vacaciones, y de vez en cuando me miraba y cantaba, “¡Almería, Almería…!” Tengo sobre la mesa mi carta de la editorial Tusquets. Me llegó hace unos diez días y sigo sin abrirla. El instinto y hasta el peso de la carta me dicen que es una respuesta negativa. Por eso no la abro, para evitar el golpe. Así de baja debe estar mi moral. Tanto que no pongo muchas esperanzas en la presentación de mi libro en la Fundación Pérez Galdós el próximo día 10. Para colmo he llamado a Carmen Moreno a ver si me daba su opinión sobre el libro y se ha ido por las ramas. Ha divagado y ha echado balones fuera. Digo yo que si hubiera leído el libro se habría notado, aunque no le hubiera parecido interesante. Me ha dejado de una pieza cuando se ha puesto a hablar de la gran calidad de la intervención de Oquendo el día de la presentación en la Facultad de Educación. Parecía como si esta valoración fuera más importante que el libro en sí. Luego me ha hablado de que es amiga de Manuel Rivas -“un encanto”- y de que se puso mala cuando supo que los socialistas habían sido derrotados. Me ha hablado también de su juventud. Fue una chica muy especial. No le interesaba bailar ni buscar novio. Lo achaca al mucho cariño que había en su casa. Lo suyo era leer, el arte, la literatura… Desde luego yo la recuerdo paseando por el Paseo de Almería cogida del brazo de sus amigas y parecía ausente, soñante, con una sonrisa introspectiva .

No hay comentarios:

Publicar un comentario